Siempre que voy a Londres digo lo mismo. Si me preguntasen cuál es el trabajo más aburrido del mundo contestaría que el de guardia real británico, sin lugar a dudas.
Permanecer ahí plantado, teniendo que aguantar el batallón de turistas , tiene que quemar al más pintado. Deben tener una disciplina, o resignación, imperturbable, tanto ellos como sus caballos. Me gustaría saber qué tipo de adiestramiento siguen estos animales para no inmutarse lo más mínimo frente a tantos flashes, gente poniéndose a su lado, etc…
Supongo que a lo largo de esas interminables horas los guardias reales se sentirán como meras atracciones turísticas. Imagino que en más de una ocasión estarán deseando cantarle las cuarenta al graciosillo de turno, aunque tengo entendido que no les está permitido. En fin, gajes del oficio.